En mi trabajo cotidiano con Administraciones siempre me viene a la mente la necesidad de asegurarse de que el poder adjudicador conozca qué quiere y qué necesita antes de licitar para evitar futuros problemas durante la licitación y ejecución del contrato.
La solución clave son las consultas preliminares.
Llevarlas a cabo no sólo garantizará en mejor medida la competencia y transparencia-integridad sino que servirá para adecuar el contrato a la necesidad que éste persigue.
Además evitará los conflictos durante la licitación por la ausencia de claridad del objeto, la existencia de prescripciones técnicas discriminatorias, los criterios de adjudicación vacíos y abstractos….
A menudo la historia se repite: qué criterios de solvencia y adjudicación incluyo?, cómo defino el objeto del contrato? ¿qué negocio?
Y ello se acrecienta cuando estamos ante CPI (compra pública innovadora) (link a la guía 2.0 para la compra pública de innovación) …donde a veces se desconoce exactamente el nivel TRL en que nos encontramos y al que queremos llegar o alcanzar, cómo definir los hitos de una compra precomercial (PCP: link informativo PCP), las implicaciones respecto de la propiedad intelectual o lo que es peor cuáles serán los requisitos funcionales que habilitaran para comprar el producto desarrollado en una Asociación para la Innovación.
A estos problemas se añade lo que denomino «la tortura de las PYMES»:
- pliegos de condiciones kilométricos pero ausentes de claridad (copia de la copia del pliego que utilizamos para licitar un contrato que no tiene nada que ver, que se «remienda» como aquel que transforma una «chaqueta en un pantalón»).
- objeto «pervertido»
- escaso plazo para preparar la oferta, adjudicación acelerada y ejecución «flexible»: La prisa en la licitación y el relajo una vez que ya se adjudica…y las modificaciones e incumplimientos en ejecución. Pocos días para licitar….urgencia… Conclusión: lo importante no es adjudicar es ejecutar y ejecutar bien.
Pero la crítica es fácil. ¿Cuáles son algunas de las SOLUCIONES?
- las consultas preliminares.
Estoy convencido de que el resultado de una buena consulta solventa las patologías comentadas.
Considero que una buena consulta tiene que tener el suficiente grado de definición tanto del problema, como del desarrollo de la misma.
Hay que conseguir la atracción no sólo mediática sino del mercado interesado en dar solución a estos problemas.
Una vez llevada a cabo la consulta adecuadamente la entidad tiene la tranquilidad de:
- conocer cuál es el objeto del contrato: cuál es la solución al problema
- si el mercado está capacitado o no para desarrollarla a corto plazo y debe optarse por otras figuras como la compra pública precomercial.
- qué características de solvencia son necesarias y cuál es el perfil del sector al que se dirige.
- cuáles son los aspectos que puede restringir la competencia y favorecer a una o unas determinadas empresas.
- qué diferencias presentan unas y otras empresas y cómo valorar la calidad del contrato.
El segundo problema, la participación de las PYMES se solventa no solo con una consulta preliminar, también es necesario:
- claridad en el condicionado, incluso adicionando una exposición pública del condicionado o una visita in situ.
- la simplicidad del condicionado y de la oferta. El DEUC puede ser complicado pero la idea de fondo es que se invierta tiempo y esfuerzo en la oferta y no en la burocracia que rodea a la misma.
- el plazo adecuado para preparar la oferta.
- la gestión ágil de las consultas o aclaraciones durante la licitación (y su OBLIGATORIA publicación en el perfil)….
De lo anterior, lo que considero más relevante es que la entidad cuente con unos adecuados pliegos tipo a los que acompañe no 100 anexos sino una caratula o cuadro que contenga en escasas páginas toda la información necesaria.
Unos pliegos que permitan agilidad al órgano al licitar y simplicidad al lector o potencial licitador.
A modo de conclusión, dejo aquí el link a un breve artículo que publiqué para Proyecto CSP. «Las consultas preliminares al mercado. Clave para la eficiencia en la contratación pública». Proyecto CSP Link
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